Hoy os hablaremos de la masa madre natural. Fermento elaborado a base de harina y agua, y sin ningún tipo de levadura añadida. La harina en sí ya contiene multitud de levaduras y bacterias que provocan la fermentación de la masa de una manera natural y espontánea. Esta forma de fermentación nos remonta en el umbral del tiempo cuando el pan era pan con un sabor y aroma tan característicos. Sabor y aroma que se consiguen precisamente con este método, el cual también aporta una acidez adecuada. Pensareis que su elaboración es complicada, pero es totalmente lo contrario. Solo es cuestión de armarse de paciencia ya que el proceso es lento. Por qué digo que es lento? Pués porque su proceso dura 5 dias, pero no os preocupéis porque solo necesita de unos minutos de dedicación diários. Podremos obtener dos tipos de masa madre: la sólida y la líquida. La masa madre sólida tendrá una hidratación del 50% y en cambio la masa madre líquida tendrá una hidratación del 100%. La masa madre sólida podrá manipularse con las manos por su textura. En cambio la líquida deberá manipularse en contenedores y utensilios (no con las manos). Regenerar la masa madre líquida será más sencillo porque tan sólo añadiendo agua y harina, y removiéndola con un tenedor la tendremos lista. En cambio regenerar la masa madre sólida necesita de una manipulación manual de la masa. Ambas pueden conservarse en la nevera, sin embargo la líquida, al estar más hidratada es más perecedera. A la hora de elegir entre la una o la otra siempre será mucho más sencilla trabajar una receta con la sólida porque es más fácil de controlar y no modifica la fórmula original de la receta. También cabe decir que la líquida se usará en recetas que necesiten de un menos amasado.
Ser habilidosos sólo es una cuestión de tiempo.